El referente de Libertad Avanza siguió el camino de muchos de esos pibes que buscan seguir el mandato de “mi hijo el dotor”. Una licenciatura en Economía en la Universidad de Belgrano, un Master en Teoría Económica en el Instituto de Desarrollo Económico y Social y otro en la Universidad Torcuato Di Tella. Hasta ahí llega ese emergente de la clase trabajadora nacional, en plena convertibilidad.
Lo que hizo en su vida profesional, y su especialización en escuelas de pensamiento austríacas, es lo que comenzó a diferenciarlo de sus orígenes.
A pesar de haber estudiado el keynesianismo y los economistas clásicos en la facultad, Milei decidió profundizar su aprendizaje en el minarquismo. Esa corriente económica nacida en Austria a fines del siglo XIX defiende un Estado limitado o mínimo, que sólo sea necesario para sostener la seguridad y algunas otras funciones básicas, como la justicia, las relaciones internacionales y el comercio.
En esa visión, el Estado debe intervenir sólo para dar un marco que permita el desarrollo del capitalismo y del mercado.
Su derrotero profesional deja en claro su pensamiento. Comenzó como asesor de Antonio Bussi en el Congreso, aunque dirigentes cercanos a Milei aseguran que llegó a través de un convenio de la Universidad, que “fueron dos contratos trimestrales entre 1994 y 1995” y que sólo asesoró en proyectos de ley vinculados a la industria del limón y la caña de azúcar. Sin embargo, el vínculo con la familia del genocida tucumano continúa al día de hoy, con la candidatura de Ricardo Bussi como Gobernador en la lista de La Libertad Avanza.
Esa cercanía llevó incluso a Milei a negar los 30.000 desaparecidos en un acto en esa provincia hace apenas unos meses. “Dame todos los nombres”, le contestó a una periodista que lo consultó por su negacionismo. El libertario respondió con una pregunta clave en su pensamiento: “¿Sabés cuántos (desaparecidos) tiene registrado la Secretaría de Derechos Humanos?" Cerró esa intervención acusando a la periodista de “ofrecer una visión tuerta de la historia”. Todos los presentes aplaudieron.
Su carrera profesional continuó en el sector privado, en concreto en el banco HSBC. Allí asesoraba en compra y ventas de acciones, en plena convertibilidad, y fue el trampolín para pasar a otra de las empresas del grupo: Máxima AFJP. En el rubro de las jubilaciones privatizadas logró hacerse un camino que lo llevó a ser Economista Jefe entre 2002 y 2004.
De su paso por la AFJP se le fijó una idea que replica hasta el día de hoy: volver a privatizar las jubilaciones y pensiones. En una nota de 2021, Milei dijo que “el sistema de reparto profundiza el hundimiento” de la Economía Argentina, y que aún “con los defectos de las privadas, los individuos tenían presente el desastre que había sido el sistema de reparto estatal”.
Su camino profesional siguió durante un tiempo en las universidades, como docente, dando clases en la UADE, El Salvador y la Universidad de Belgrano. Sin embargo, luego de la decisión del kirchnerismo de estatizar las jubilaciones, Milei debió buscar otro camino.
Lo encontró en alguien que lo cobija hasta el día de hoy: Eduardo Eurnekian. El empresario, dueño de la Corporación América, tiene diversificados sus negocios. Quien se suba a un avión en Argentina seguramente lo haga en una terminal manejada por ese conglomerado. Son 33 los centros aéreos que maneja el empresario. También tiene obra pública, concesiones viales, explotación de combustibles tradicionales, gas, biocombustibles y negocios financieros.
En 2018, en pleno almuerzo con Mirtha Legrand, Milei comentó que su rol en la Corporación América era el mismo que en la AFJP: Economista Jefe. Incluso en plena pandemia se dio a conocer que parte de su sueldo lo pagó el Estado nacional, a través del programa ATP, que muchas empresas aprovecharon para pagar a sus empleados.
Lo importante del vínculo entre Eurnekian y el ahora Diputado nacional es el canal América. Allí, y gracias a que el empresario tiene parte del paquete accionario desde los 90, el economista desfiló desde sus inicios televisivos por cada programa al que lo llamaban. Que eran casi todos. Un estilo desenfrenado, sacado, histriónico y con una capacidad para imponer títulos periodísticos cada 20 segundos, más los vínculos con su jefe, lo llevaron a hacerse conocido.
Después llegó la candidatura a diputado, su (escasa) participación en el Congreso y su posible alianza con sectores conservadores como Macri y Bullrich. Pero eso aún está por escribirse. Milei es un emergente de la clase media que cree que el Estado debe estar sólo para sostener al capitalismo y al mercado. Las elecciones de 2023 demostrarán si el pueblo argentino está de acuerdo o no con esas ideas.
