martes, 29 de mayo de 2012

"El que apuesta al dólar, pierde", dijo el ministro


Me puse a pensar en mi rol de periodista y eterno amante de la historia y encontré algo que podrá ayudarme a despuntar el vicio. Todas las semanas surgen noticias que están relacionadas con un hecho histórico, como hace un tiempo sucedió con la renuncia de Esteban Righi, que obligó a varios medios a contar sobre su desempeño como ministro del Interior de Héctor J. Cámpora.

Ahora estamos hablando del dólar en todos sus colores, el verde (oficial), el blue (paralelo) y el celeste (híbrido a mitad de camino entre ambas cotizaciones) y muchos apelaron a una frase pronunciada en 1981: "El que apuesta al dólar, pierde". Vamos a contar su origen.

Corría el año 1981 y la dictadura cambiaba de líder. Jorge Rafael Videla le dejaba su lugar a Roberto Viola tras un fracaso económico que sumía al país en una (otra) profunda crisis. Las políticas neoliberales de José Alfredo Martínez de Hoz no lograron revertir la situación reinante y su tablita cambiaria fracasó, llevando a muchos a invertir en dólares ante las constantes devaluaciones del Peso Ley 18.188.

Viola designó a Lorenzo Sigaut como ministro de Economía, dentro de un Gabinete que se dividía entre civiles y militares. El flamante titular de una cartera vital para el nuevo Gobierno estaba vinculado a la automotriz FIAT y al día siguiente de asumir anunció una devaluación del 30% "como incentivo a la producción agropecuaria e industrial y para desalentar movimientos especulativos de capitales". Era la más fuerte desde que en 1975 Celestino Rodrigo depreció la moneda un 100%. Sigaut también decidió crear un "dólar financiero" libre y un "dólar comercial" regulado, con diferentes valores.

Tras otras dos medidas devaluatorias en apenas 84 días, el ministro pronunció la frase por la que se lo recordaría hasta nuestros días. Luego de eso continuó con su política económica que jamás logro frenar una inflación de más del 100% interanual y que provocó un enorme aumento de la deuda externa a través de la toma de créditos internacionales y la estatización de los pasivos de muchas empresas privadas.

En diciembre de ese año, y tras problemas cardíacos que lo alejaron de su función, Roberto Viola debió dejar su lugar a Leopoldo Galtieri, quien designaría a Roberto Alemann en el Ministerio de Economía. Con estos cambios políticos, Lorenzo Sigaut dejaría la función pública y se dedicaría a la consultoría económica para empresas y sindicatos, algo que siguió haciendo hasta bien entrado el nuevo siglo.

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